Y este poeta que hoy tomamos como padrino, es, además, hijo de estos montes que nos rodean; de estas hayas y robles; de estas ninfas que, a buen seguro, danzan en noches de luna llena en los claros del bosque y junto a las aguas purísimas, por recién nacidas, del Río Oja.
Sea, pues, nuestro padrino, el poeta riojano, hijo de Ezcaray, Armando Buscarini; alma ebria de amor y, por ello, doliente en la bohemia madrileña en los años 20 y 30 del pasado siglo; alma y biografía trágica por ser sembrador de amor con su quehacer literario; arte, que no lo es si éste no se reparte. Un ángel todo él, Armando Buscarini, que, provocando pensamientos hechos música en sus versos, al pulso de las cuerdas de la lira sagrada que le pasó el dios Orfeo, se nos hace hoy columna principal de esta nuestra República del Arte.
¡Gloria y larga memoria al hermano poeta, Armando Buscarini!
Ignacio Jesús de Angulo
Regalo recibido para el Club RepARTE en la Iª Reunión del Verano 2007
¡Muchísimas Gracias por tus palabras, IGNACIO!
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